lunes, enero 30, 2006

ACLARACIONES SOBRE MI PERSONA, LUZ MODROÑO

Una vez mas los representantes del periodismo cubano tratan de denigrar a una de las personas que se empeña junto a los cubanos en la batalla por la libertad y la justicia en nuestra patria. Pedimos a todos los miembros de las retes la difución inmediata de esta defensa justa y responsable de esta amiga de lucha y miembro de nuestra dirección.

Aristides Alfonso

Director
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Aclaraciones sobre mi persona, Luz Modroño

Muy srs. míos:

El periodismo es una de las tareas más importantes y fundamentales que pueden ejercer los ciudadanos de cualquier país. Igualmente, los derechos a la libre expresión, opinión, asociación y pluralismo son reconocidos internacionalmente como derechos humanos inviolables. Y tanto para los emisores como para los receptores de la información. Tristemente en su país este derecho está negado, como lo evidencia el encarcelamiento de más de veinte periodistas.

Estamos hablando de un periodismo veraz, objetivo, independiente y con servicio a la ciudadanía. Y, aunque obviamente, cualquier periodista es libre, siempre dentro del más escrupulos¡o sentitido de ética y dignidad profesional, ajuste a la veracidad y neutralidad informativa -cuestiones que definen las cualidades que cualquier periodista debe intentar poseer como supongo que en las cátedras de sus universidades, así se lo muestran - de transmitir la información que le parezca de su interés y dar su visión o realizar su propio análisis u opinión, conviene distinguir entre información y opinión.

Ustedes, en su sabiduría y ética periodísticas conocen sobradamente que el papel social de todo periodista es la información no el adoctrinamiento proselitista. Y, en ese sentido ustedes son y serán responsables de su propio papel ante la sociedad y ante la historia.

En distintas ocasiones he comprobado que ustedes han hablado sobre mí y, quizás por falta de datos o por desconocimiento, la información que han dado no se ajustaba a la realidad. Quiero pensar que éstas son las razones que han motivado sus errores, y no que tras ellos pueda subyacer algún temor más o menos inconsciente a que una persona pueda ser libre y como tal expresar su pensamiento en libertad. Es por ello que he decidido ponerme en contacto con ustedes y quedar a su disposíción por si lo que a continuación les aclaro no les fuera suficiente.

En cualquier caso, y como siento que las informaciones a que antes me refería no son adecuadas, me tomo la libertad de aclararles algunos puntos. En primer lugar, soy una ciudadana española, interesada por diversos y múltiples temas, siempre dispuesta a aprender, que pretendo elaborar mi propio pensamiento, analizando las diferentes coordenadas sociales, huyendo de la subjetividad, con sentido crítico y capacidad de análisis, defensora de derechos humanos y militante en diversas organizaciones de izquierdas en mi país. Profesionalmente, doctora en psicóloga y profesora y, dedicada en mi tiempo libre a aquellas causas que considero dignas de mi interés e inquietudes. Escritora y analista social y politica. Desde luego no soy ninguna agente de la CIA ni ésta me paga por ninguna de mis actividades, cosa que al leerla de ustedes, disculpenme, me hizo reír.

Me pregunto porqué no pueden ustedes admitir que una simple persona que analiza, comenta o escribe lo haga en nombre propio. Desde luego estoy con ustedes en que es más fácil descalificar e injuriar que afrontar la realidad, quizás demasiado inaceptable.

Como ustedes saben bien, fui a Cuba este pasado verano pero no a "hacer ningún informe" para ninguna potencia extranjera. Fui simplemente a conocer de manera directa el país de ustedes. Como he ido a tantos otros, pues otra de mis pasiones es, precisamente, la de viajar y conocer otros lugares, otras gentes, otras culturas. Cuestiones todas ellas que entran de lleno en el derecho libre de cualquier ciudadano.

En Cuba, como en cualquiera de los otros países que ya he conocido, hablé efectivamente con todo hombre o mujer con el que pude, pues considero que es la mejor manera de conocer un país. Hay dos tipos de turismo, o de turistas, el que se dedica a conocer los bellos lugares y paisajes de cada sitio por el que pasa o el que prefiere adentrarse en el coocimientos de sus gentes, sus costumbres, sus inquietudes, es decir, en la realidad intrínseca del país, tomando el pulso a su cotidianidad, a su realidad, acercándose a sus sufrimientos o sus pasiones, a sus costumbres y problemas, a su cultura. Lo que parece ser, como así lo demostraron, que no les gustaba a ustedes. Las razones de ello probablemente sean tan conocidas por ustedes como por mí misma.

Tampoco fui a aconsejar a los empresarios, como ustedes han escrito, que dejen de invertir en su país. Los empresarios son tan adultos o maduros como cualquier otro ciudadano y, en ese sentido, responsables de sus propias decisiones. Otra cosa es, desde luego, estar conforme o de acuerdo con las condiciones en las que llevan a cabo sus inversiones para con los trabajadores cubanos. Pero no es este el espacio para el debate sobre este tema, ni éste el objetivo de la presente circular.

Hasta aquí mi perfil personal. En Cuba, es bien cierto, me encontré con un país y una sociedad que produjeron en mí una fuerte impresión. Y, como soy un ser libre y con derechos garantizados para poder expresar libremente y sin miedos ni amenazas mi opinión, sujeta no a descalificaciones o a ataques furibundos y apasionados, sino a contrastes de opiniones divergentes pero siempre respetuosas y no descalificatorias, escribí sobre mi visión e impresiones de la isla. Una visión objetiva y personal, estremecida, eso sí, por las condiciones en las que viven ustedes, pero no mediatizada ni movida por intereses contrarrevolucionarios o terroristas. Disculpenme de nuevo, pero las obsesiones no son buenas consejeras y reflejan una actitud poco seria y escasamente serena y contribuyen a la autodescalificación.

Por último, y para su información aunque quiero creer que no sería necesaria, los ciudadanos de países libres y democráticos tenemos el derecho a luchar por aquellas causas que son de nuestro interés, en muchos casos directamente relacionadas con conceptos como solidaridad y justicia. Solidaridad para con un pueblo que sufre y justicia para con los perseguidos, los amenzados, los excluidos. Permítanme recordarles aquellas palabras que, no por haber sido pronunciadas hace más de doscientos años, han dejado de estar de plena actualidad ni perdido su vigencia "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo"

Esta circular está escrita con el ánimo inocente de que ustedes sepan algo más sobre mi y de ser publicada en sus páginas reconociendo el error en el que incurrieron en anteriores notas sobre mi persona, tal como ustedes mismos recogen en el punto 11 de su Código de Conducta.

Supongo que será un deseo poco realizable pero tanto como me asiste el derecho a defender mi imagen, me asiste el deber de solicitarles su inclusión en sus páginas.

Quedo a su disposición,

Luz Modroño.