viernes, octubre 30, 2009

CUBA: EL ANCIANATO Y LOS MAUSOLEOS, EDITORIAL 92

EL ANCIANATO Y LOS MAUSOLEOS, EDITORIAL 92

Primavera Digital


Fidel Castro prometió en su juventud, en momentos en que criticaba al líder chino Mao Zedong, que cuando llegara a ser un anciano, renunciaría a sus cargos y se dedicaría a escribir sus memorias. Evidentemente, no lo hizo.

Vivimos bajo un ancianato-castrista vitalicio cuya durabilidad, está en manos de Dios. Este ancianato gobernante carece de credibilidad y de confianza a nivel popular, pero dispone de una formidable maquinaria represiva y una experiencia nada desdeñable en el discutible arte de aterrorizar.

El ancianato cuenta además con múltiples alianzas y conveniencias a nivel nacional e internacional. También con la confianza oportunista, compartida por muchos, ‘orbi et orbi’, de que algún día y para bien, estarán histórica y definitivamente muertos.

Es esta profunda convicción la que dicta, el sentido y dirección de sus últimos estertores. A falta de algo mejor, dejarán para la posteridad fastuosos cementerios en el mejor estilo faraónico. La moda se inició con el monumento funerario a los llamados ‘Malagones’.

Los Malagones fueron un clan de campesinos pinareños, que tuvieron en sí, algo más de rancheadores y de banda paramilitar, que de soldados en los límites clásicos de esta acepción. Estuvieron más cerca de las inclinaciones gansteriles y progromistas del grupo gobernante que los engendró, que de las concepciones castrenses más ortodoxas. El caso fue que resultaron una respuesta adecuada para la represión y el exterminio de las guerrillas anti comunistas que nacían y se fortalecían en aquel momento.

Luego de la construcción e inauguración del complejo escultórico funerario, aun vivos los inquilinos seleccionados, la élite de poder está concentrada en la muerte. Del dilema alternativo de ‘Patria o Muerte’, ofrecido como única oferta al pueblo de Cuba, parece que está en boga la segunda alternativa, es decir: la muerte.

La buena noticia para todos, es que en la actualidad piensan en la muerte propia y no en la ajena, como ha sido su costumbre habitual. Parece ser que cada uno de los ‘históricos’ ya tiene su parcela para la eternidad. Como uno de los más eximios cultores de esta nueva modalidad, tenemos a nuestro segundo de siempre, el general-presidente, Raúl Castro.

El fastuoso monumento en que descansará con la familia, amigos del alma y camaradas de armas del Segundo Frente, costó lo suyo. Por supuesto que si de tumbas se trata, los mausoleos funerarios actuales resultan más prácticos que los túneles excavados con el pretexto de proteger a la población en caso de guerra y que se supo, estaban realmente destinados a ser fosas comunes para las eventuales víctimas de la genocida operación ‘Atlántida’.

Si se tiene en cuenta que los nuevos mausoleos son para el uso y disfrute exclusivo de la élite y sus afines, (una suerte de zona congelada en el infierno) todos ganamos algo. Lo apremiante será adelantar la construcción del mausoleo de la columna 1, allá lejos. El compañero Fidel no merece menos y quizás, ni él, ni los habaneros quieran que se quede en La Habana.

Resulta imperdonable que el máximo exponente del ancianato gobernante, no tenga ya su mausoleo. No hay que permitirse improvisaciones y corre corres de última hora. Si alguien merece un mausoleo para descansar es Fidel Castro y si alguien merece descansar de Fidel Castro, ese es el pueblo de Cuba. Constrúyanlo ya. Él se lo ha ganado y nosotros también.

PD

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