sábado, enero 30, 2010

DESPEJANDO LAS SOMBRAS

DESPEJANDO LAS SOMBRAS



Por Jorge Olivera Castillo
Sindical Press

29 de enero de 2010

La Habana, Cuba – www.PayoLibre.com – En su octavo aniversario la cárcel de Guantánamo tiene encima una batería de reflectores para que sus muros, atalayas, reos y carceleros, se vean desde cualquier ángulo, sin distorsiones y con un gusto obsesivo por los primeros planos.

Sé de esos despliegues, porque estoy frente al televisor y veo por el canal 6 de la Televisión Cubana una selección de imágenes que acercan al espectador a una verdad plana, mutilada y tímida, pero acicalada con los atuendos de la legitimidad.

El proverbial antinorteamericanismo es el hilo conductor, la parcialidad y el resentimiento los componentes de la banda sonora, y el montaje, una acción que resalta las críticas sobre el limbo legal de los internados en ese centro de detención, además de dejar implícita su presunta inocencia.

Para reforzar el mensaje, los publicistas oficiales se sirven de un fragmento audiovisual en que un grupo de ciudadanos norteamericanos se manifiestan frente a la Casa Blanca, a favor de una solución a lo que consideran un encierro arbitrario. También, a través de la voz del que reporta y los carteles enarbolados por los protagonistas de la protesta, se sabe que otra de las peticiones, es el cierre definitivo de la prisión inaugurada como parte de la estrategia de enfrentamiento contra el terrorismo.

Debo decir que tengo otra versión de la prisión de Guantánamo. Conozco la que tiene alrededor de 2000 prisioneros y donde sirven alimentos podridos. De allí son las historias de gente que se cose los labios, se vacía la bolsa testicular con el filo de un arma blanca enmohecida, de jóvenes que se inyectan excrementos en las venas, de quién se levantó parte de la piel del cráneo a sangre fría y de otro que se incineró ambas manos con bolsas de nylon derretidas, a fuego lento, dentro de una pequeña cazuela.

También puedo disertar sobre las indiscriminadas palizas que los guardias suelen protagonizar contra algún reo. La función comienza con una espiral de patadas y garrotazos y culmina con un hombre inconsciente que arrastran hacia la enfermería para reanimarlo y suturarle las heridas. Es un procedimiento que se repite una y otra vez.

¿Cómo olvidar la ingestión de agua con fango y parásitos? ¿En qué casilla de la barbarie se podría colocar el hecho de ser internado en una celda de aislamiento, con la salud quebrantada, apenas sin iluminación y en compañía de nubes de mosquitos, cucarachas y roedores?

Este enero, se sabe que la prisión enclavada en los predios de la Base Naval de Guantánamo, cumple ocho años. La otra cárcel, la que administra la dictadura insular, abrió sus puertas en la década del 70 del siglo XX.

No importa que los periodistas, al servicio de los medios aupados por el gobierno de la Isla, alumbren solo la parte conveniente del escenario. Siempre hay alguien dispuesto a despejar las zonas sombreadas, con un poco de luz. La suficiente para que se tengan pruebas irrefutables de que, bajo la soberanía de Cuba, existe un enorme centro de tortura conocido como Combinado Provincial de Guantánamo.

oliverajorge75@yahoo.com