sábado, noviembre 30, 2013

Daniel Díaz Mantilla desde Cuba: George Orwell, autor de los libros Rebelión en la Granja y 1984, a 110 años de su nacimiento

 Nota del Bloguista

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Tomado de http://www.diariodecuba.com/de-leer/1385665205_6128.html
 
George Orwell a 110 años de su nacimiento



George Orwell hablando por la BBC. (DAILYMAIL.CO.UK)

Por Daniel Díaz Mantilla
 La Habana
30 Nov 2013

'Rebelión en la granja' y '1984', sus dos obras más conocidas, han vendido más de 50 millones de copias en todo el mundo. En ellas denunció no solo peligros de su época, sino peligros futuros.

Richard Walmsley, funcionario inglés en la colonia británica de la India, trabajaba para el Ministerio del Opio en la comunidad de Motihari, un pequeño pueblo del norte, casi irrelevante, a solo cincuenta kilómetros del Himalaya. Lo único notable en aquel lugar perdido entre los campos de labranza y los ríos tributarios del Ganges, era un monumento de piedra: la estupa budista que el emperador Ashoka había mandado erigir más de un milenio atrás. Era la mayor estupa del mundo, pero eso a los ingleses no les importaba.

Richard se había casado con Ida Mabel, una mujer de ascendencia birmana y francesa, y allí les nació su primer hijo, Eric Arthur Blair, en junio de 1903. Dos años después, la familia se trasladó a Inglaterra y el niño comenzó a asistir a un colegio parroquial. Eran pobres y no podían pagarle una buena educación a su hijo, pero Eric destacaba y obtuvo becas para estudiar en las mejores escuelas inglesas. Le gustaba escribir, trabajó en varias revistas estudiantiles e incluso publicó algunos poemas. Sin embargo, no logró conseguir una beca para la universidad y, siendo ya adolescente, sus padres decidieron enviarlo de vuelta a la India para que se uniera a la policía de Birmania.

A los veinticinco años, harto de la policía y sus abusos, resentido con el Imperio Británico y su sistema colonial, Eric regresó a Europa. Probó suerte en Londres, pero la pobreza lo obligó a refugiarse en casa de una tía, en París, donde trabajó como lavaplatos para un hotel de lujo. Su situación, lejos de mejorar, se hacía peor, y un año después, enfermo, tuvo que retornar a casa de sus padres en Suffolk. Allí escribió sus dos primeras novelas —Sin blanca en París y Londres (1933) y Los días de Birmania (1934)—, en las que contaba crudamente sus experiencias. Fue por esa época que adoptó el seudónimo de George Orwell. Aquellos libros iniciales no tuvieron éxito, pero Eric era tenaz: La hija del clérigo (1935), Mantened la aspidistra izada (1936) y su primer volumen de ensayos, El camino a Wigan Pier (1937), lo confirmaron en su afán de ser escritor.

Era un hombre de izquierdas, opuesto al imperialismo desde su juventud y apasionado defensor de los más pobres, de manera que al estallar la Guerra Civil Española se alistó como miliciano y partió a Barcelona, donde combatió junto al Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). Sobre sus vivencias en esta guerra, en la que fue herido y enfermó de tuberculosis, escribió en el relato autobiográfico Homenaje a Cataluña (1938), donde criticaba duramente los desmanes de los comunistas que, al servicio de Stalin, minaban la fuerza de los republicanos españoles. Sus críticas no encontraron mucho apoyo y le trajeron el odio de los partidos de orientación pro-soviética no solo en España, sino también en Inglaterra, que comenzaron una campaña de descrédito en su contra.

Sin reconocimiento como autor, Eric sobrevivió escribiendo reseñas para el New English Review hasta que en 1940 estalló la Segunda Guerra Mundial. Su salud, debilitada por la tuberculosis, le impidió participar en los combates, aunque no se resignó a la inactividad: escribió numerosos ensayos y artículos de propaganda antifascista, y en 1941 fue contratado como periodista por el Servicio Oriental de la BBC.

Creía en el socialismo y sus textos despertaban las sospechas del gobierno británico; pero rechazaba también el estalinismo, y sus duras diatribas contra el Pacto Molotov-Ribbentrop no le hicieron más fácil la existencia. Títulos como El león y el unicornio (1941) y sus contribuciones a la antología La traición de la izquierda, de Victor Gollancz, dan fe de su difícil posición como intelectual.

'Rebelión en la granja'

Ya en abril de 1944 tenía terminado el manuscrito de Rebelión en la granja, donde describía con ingenio y mordacidad la corrupción del socialismo soviético bajo el gobierno de Stalin, pero las editoriales inglesas se negaban a publicarlo porque la URSS era un importante aliado, y el libro solo vio la luz en agosto de 1945, cuando la guerra llegaba a su fin.

Rebelión en la granja fue un éxito rotundo. Desde entonces hasta 1947, siendo ya un escritor de prestigio, pero agravado en su enfermedad, se mudó a un rincón tranquilo de la isla de Jura para escribir su última y más célebre obra, 1984. La novela se publicó en junio de 1949 y pocos meses después, en enero de 1950, Eric Arthur Blair —conocido ya universalmente por su seudónimo George Orwell— murió en Londres a la edad de 46 años.

Su vida y su obra, signadas por los acontecimientos y las paradojas de su época, lograron trascenderla y extraer de ella imágenes que aún hoy siguen conmoviendo a sus lectores. A más de sesenta años de su muerte, odiado por unos y admirado por otros, George Orwell es sin dudas el más influyente autor inglés de su generación —más incluso que Graham Greene y Evelyn Waugh—, y solo sus dos últimos libros, traducidos a 62 idiomas, han vendido alrededor de cincuenta millones de copias por todo el mundo.1 Para algunos, a pesar de su honestidad personal, su idealismo y el valor con que expresó sus opiniones, Orwell es un mal escritor, cuyo éxito es desproporcionado y se debe solamente a ciertas circunstancias sociales y políticas que le favorecieron.2

Es cierto que las circunstancias de su tiempo y los posteriores años de Guerra Fría influyeron mucho en la recepción de su obra, aunque esa influencia no fue solo positiva ni resulta suficiente para explicar el interés que aún genera. El propio T. S. Eliot, en la carta donde argumentaba las razones por las que no publicaría Rebelión en la granja en la editorial Faber and Faber, admitía "que se distingue por su escritura, que la fábula se maneja con mucha habilidad y que la narración logra conservar el interés del lector en su propio plano —y eso es algo que muy pocos autores han logrado desde Gulliver".3

Esa comparación entre las obras de Orwell y Jonathan Swift no es, sin embargo, gratuita: Orwell había estudiado profundamente la sátira política de Swift y lo admiraba al punto de reconocer que "Los Viajes de Gulliver ha significado más para mí que cualquier otro libro jamás escrito".4 Pero más que el elogio implícito en los comentarios de Eliot, la comparación entre estos dos escritores es útil porque ayuda a entender las analogías y diferencias de sus pasiones.

Bertrand Russell escribió al respecto en junio de 1950: "Ambos dieron cuerpo a su desilusión en sátiras amargas y magistrales. Pero si la sátira de Swift expresa un odio universal e indiscriminado, la de Orwell tiene siempre una corriente subterránea de ternura: él odia a los enemigos de aquellos a quienes ama, mientras que Swift solo podía amar (y poco) a los enemigos de aquellos a quienes odiaba. Más aún: la misantropía de Swift brotaba de una ambición frustrada, mientras que la de Orwell nacía de la traición de ideales generosos por parte de aquellos que decían ser sus defensores."5

Russell respetaba a Orwell porque, en su opinión, "había conservado un impecable amor a la verdad y se había permitido aprender incluso las lecciones más dolorosas", pero veía en él un hombre triste que había perdido su fe en la humanidad.6 Aquel futuro mundo distópico que Orwell describe en 1984, donde el ciudadano, despojado de toda libertad, de toda privacidad, se encuentra a merced de un Estado tiránico que vigila y castiga cruelmente cada disidencia, hasta la de pensar, se le antojaba a Russell expresión de la desesperanza de Orwell.

Muchos estudiosos han encontrado en esa última novela, sin embargo, la advertencia de un peligro más que el augurio de un futuro inexorable.7 El propio Russell, en 1938, veía con preocupación esa posibilidad: "Muchas fuerzas conspiran para guiar a las comunidades modernas hacia la uniformidad —las escuelas, los diarios, el cine, la radio, la instrucción militar, etc. Por lo tanto, la posición de equilibrio momentáneo entre el aprecio a la independencia y el amor al poder tiende, en las condiciones actuales, a moverse cada vez más en la dirección del poder, facilitando así la creación y el éxito de Estados totalitarios. Mediante la educación es posible debilitar el amor a la independencia hasta un extremo cuyos límites hoy se ignoran. Cuánto puede aumentar gradualmente el poder que un Estado ejerce hacia el interior de su sociedad sin provocar una revuelta, es imposible decirlo; pero no parece haber razones para dudar de que, con el tiempo, ese poder puede crecer mucho más allá del punto que en la actualidad han alcanzado los Estados más autocráticos." 8

'1984'

La Segunda Guerra Mundial sacudió, como ninguna otra guerra antes, la conciencia de la humanidad. La masacre de millones de personas, el inmenso poder de destrucción que la tecnología había puesto en las manos del hombre, el efecto combinado de la propaganda y el terror, hacían posibles esas oscuras pesadillas. Incluso el presidente de los Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, llamó la atención sobre esa posibilidad cuando, en su discurso de despedida, advirtió sobre los riesgos combinados de la autocomplaciente desidia de los ciudadanos y la incontrolada adquisición de influencia por parte del complejo militar-industrial.9

La señal de alarma que Orwell lanzó con 1984 no debe verse entonces —como pensaba Russell— solo como una consecuencia directa de la decepción ni como el temor exagerado de un único sujeto visionario. De hecho, al menos en sus rasgos más generales, mucho de lo que Orwell describe en 1984 había sido imaginado ya por otro popular autor inglés, Herbert Spencer, en su ensayo El individuo contra el Esta, que se publicó inicialmente en 1884.

Allí Spencer escribía: "incluso en sociedades privadas que se forman de manera voluntaria, el poder de las organizaciones reguladoras tiende a hacerse grande, si no irresistible. […] E incluso en entidades cooperativas que se forman para realizar negocios de manufactura o distribución, y que no necesitan de la obediencia a sus líderes que se requiere donde los propósitos son ofensivos o defensivos, suele suceder que las agencias administrativas adquieren tal supremacía que despierta protestas sobre 'la tiranía de la organización'. Juzguen ustedes entonces que pasará cuando, en vez de asociaciones relativamente pequeñas, a las que las personas pueden pertenecer o no, según deseen, tengamos una asociación nacional en la que todos los ciudadanos estén incorporados y de la cual no puedan separarse sino abandonando el país. Juzguen, bajo tales condiciones, cómo será el despotismo de un oficialismo centralizado y jerarquizado que tenga en sus manos los recursos de la comunidad y que disponga de cuanta fuerza demande para hacer cumplir sus decretos y mantener aquello que quiera entender por orden."10

La novela de Orwell vio la luz en una época cuando esas premoniciones de Spencer parecían más próximas. Lóbrega y asfixiante como los peligros a que la humanidad despertaba tras la guerra, 1984 suscitó desde su publicación numerosas lecturas, favorables o no, pero siempre apasionadas y casi siempre bajo el prisma de lo ideológico, de uno u otro signo. Así, hubo quienes vieron en ella una profecía y quienes la tildaron de vulgar propaganda.

Algo similar había ocurrido antes con Rebelión en la granja, y en cierta medida también con Homenaje a Cataluña y con casi toda su obra ensayística desde El camino a Wigan Pier. El cuestionamiento y la defensa de la calidad artística de su literatura, apoyados en la aceptación o el rechazo de sus ideas políticas y —lo que es peor— en su manipulación, lo convirtieron en un autor muy difícil de valorar objetivamente. Su destino como intelectual es también sui generis: fue un socialista ignorado en los países socialistas que, con sus críticas al control total de la sociedad por el Estado, se ganó el epíteto de subversivo, y que, no obstante su lealtad a la clase obrera y sus duros retratos del imperialismo, se convirtió —a su pesar— en bandera de la lucha contra las ideas socialistas.

Esa circunstancia lo llevó más de una vez a pensar sobre los compromisos intelectuales del escritor y sobre la compacta imbricación de literatura y política en su propia obra: "Uno no puede mirar con interés puramente estético a una enfermedad que lo está matando; no puede sentirse ecuánime ante un hombre que está a punto de cortarle la garganta. En un mundo donde el Fascismo y el Socialismo peleaban el uno contra el otro, cada persona que pensara debía tomar partido […]. La literatura tenía que volverse política, porque otra cosa hubiese implicado una deshonestidad mental."11

Pero su necesaria toma de partido no lo hizo un mero instrumento al servicio de un dogma impuesto ni coartaron el ejercicio de su capacidad para pensar por sí mismo: un escritor —dijo— "no debe negarse jamás a considerar una idea por el hecho de que esta pueda conducirlo a la herejía, y no debe preocuparse demasiado si su heterodoxia se hace visible".12

Es difícil no coincidir con Harold Bloom cuando afirma que sus obras son hijas de una época y que eventualmente se olvidarán;13 aunque tal vez esa época no sea tan breve ni esté tan concluida como él supone. La "herejía" de Orwell, su "heterodoxia", y el carácter parabólico de sus dos últimos relatos, les confieren una indeterminación cronotópica significativa: podemos leerlos en tanto que representaciones magnificadas del totalitarismo soviético, pero ni su sentido y ni sus implicaciones terminan con la caída del socialismo en Europa del Este.

Para Dennis Wrong, por ejemplo, Orwell "fue uno de los principales creadores del concepto de totalitarismo, entendido como una nueva forma de tiranía que se apoya en técnicas de vigilancia y comunicación que se hicieron de uso general sólo a partir del siglo XX",14 un tipo de gobierno que —aunque ya, en su opinión, parezca improbable— es "una posibilidad permanente en las sociedades industriales urbanas orientadas hacia el progreso tecnológico y la comunicación de masas".15

Otro concepto orwelliano todavía bastante popular en estos tiempos, y muy vinculado con las modernas técnicas de espionaje, es el del "Gran Hermano", cuyas resonancias pueden advertirse sin demasiado esfuerzo en proyectos de vigilancia global como Echelon y Prism, y en muchas de las llamadas "teorías de la conspiración".

Sin embargo, juzgar sobre la mayor o menor probabilidad de que una tiranía al estilo de 1984 se instaure en este siglo me parece innecesario para valorar la trascendencia de la obra de Orwell. No me cuento entre quienes lo ven como el profeta de un porvenir oscuro, sino apenas como un autor cuyas ideas han dejado huellas que todavía persisten y que acaso sean útiles en el análisis de la sociedad y la política de nuestro tiempo.

Pero la notoriedad de Orwell va más allá del impacto causado por sus ficciones realistas o distópicas, más allá de la capacidad de sus neologismos y conceptos —"policía del pensamiento", "doble pensar", "crimental", "Gran Hermano", etcétera— para ilustrar aspectos o quizás tendencias de la realidad posterior a la Segunda Guerra. Su extensa obra ensayística y la coherencia de su propia vida con las posiciones que defendía en sus textos, son interesantes como paradigma intelectual y arrojan luz sobre los riesgos que suele enfrentar quien desafía los estereotipados fanatismos con que la propaganda oscurece la comprensión de la realidad. En este sentido, también, George Orwell sigue vivo a 110 años de su nacimiento.

Sin forzar las cosas, podríamos decir sobre él lo que dijo José Martí acerca de Spencer: "Es su frase como hoja de Toledo noble y recia, que le sirve a la par de maza y filo, y rebana de veras, y saca buenos tajos, y tanto brilla como tunde: derriba e ilumina. [...] Como en una idea agrupa hechos, en una palabra agrupa ideas".16


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Roberto Solera: OTRO ANIVERSARIO DE LA EJECUCION DE LOS ESTUDIANTES DE MEDICINA

OTRO ANIVERSARIO DE LA EJECUCION DE LOS ESTUDIANTES DE MEDICINA

Por Roberto Solera
27 noviembre de 2013

Los que olvidan el pasado corren el peligro de repetirlo, enfatizó George de Santayana en un axioma que cuesta olvidar. Pasó desapercibido el aniversario del 27 de noviembre de 1871, en La Habana y el Exilio, dos riberas que hasta en el olvido de sus mártires coinciden.

Ese 27 de noviembre fueron pasados por las armas en la Explanada de la Punta ocho estudiantes de Medicina de la Universidad de La Habana, mayormente para calmar la sed de sangre del  Cuerpo de Voluntarios.

¿De qué se les acusaba? De profanar la tumba del periodista español Gonzalo de Castañón al rayar la lápida que cubría su tumba en el Cementerio de Espada.

Castañón, director de la ‘Voz de Cuba’ había muerto en Cayo Hueso, EEUU en un confuso incidente donde en un tiroteo el cubano Mateo Orosco lo mató el 31 de enero de 1870. El periodista español había ido a EEUU con la intención de retar a duelo a Juan María Reyes emigrado cubano director del periódico “El Insurgente” por un artículo publicado en ese medio donde se le contestaba por los ataques que Castañón habia hecho a las cubanas de la emigración y donde se ponía en duda la valentia del español en un incidente donde había sido abofeteado.

Se pudo probar y así se constató en años posteriores la injusticia de la acusación por un presunto delito que no había ocurrido y la inmerecida condena a muerte de los Ocho estudiantes de Medicina y múltiples condenas a prisión de otros estudiantes.

El proceso estuvo visiblemente viciado de origen pues incluso se efectuaron dos juicios para así satisfacer a los Voluntarios que pedían la pena máxima para ellos. Entre los fusilados por el incidente se habían destacado dos en particular que se habían enfrentado al Gobernador Político de La Habana Dionisio López Robert. El estudiante Alonso Alvarez de la Campa le exigió a éste que dijera quién había cometido el presunto delito, al igual que su condiscípulo Anacleto Bermúdez y González de la Piñera, quién tambien se le enfrentó.

Anacleto Bermúdez y González de la Piñera había sido compañero de José Martí en el Instituto de La Habana y colaboró con el Apóstol en 'El Siboney', un periódico manuscrito publicado por éste. Bermúdez tenía antecedentes familiares como opuesto al régimen colonial español pues su tío Anacleto Bermúdez y Pérez de Corcho (Fileno), escritor, poeta y  “abogado de los pobres” estuvo implicado en la Conspiración de Vuelta Abajo [descubierta por casualidad al caer al suelo en la estación de ferrocarril, una caja que contenía fusiles] del catalán Ramón Pintó Llinás junto al Dr. Vicente Antonio de Castro Bermúdez. De Castro, polifacético intelectual redactó, dirigió y editó ‘La Cartera Cubana’, junto a Anacleto Bermúdez (Fileno) y donde colaboraron Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido), Juan Clemente Zenea (Adolfo de la Azucena), Cirilo Villaverde, José Jacinto Milanés y otros. El Dr. De Castro estaba casado con una tía carnal de Anacleto, Clara Bermúdez y Pérez de Corcho (ambos eran primos hermanos).

En el juicio a los estudiantes, Esteban, hermano de Anacleto Bermúdez,  fue condenado a seis años de prisión (se adujo que era demasiado para una familia fusilar a dos hermanos). Irónicamente Esteban fue amnistiado de su pena a los seis meses y murió en 1925.

Vicente Antonio de Castro quien era Catedrático de la Universidad de La Habana había tenido problemas con el Capitán General Valentín Cañedo, quien era Vice Real Protector de la Universidad el que pretendía aplacar la agitación estudiantil en la Universidad.  De Castro había sido condenado a 10 años de prisión en ausencia por su participacion en la Conspiracion de Vuelta Abajo, por la cual Pintó fue ejecutado en Garrote Vil.

Todo lo anterior lleva a preguntarse si el fusilamiento de Anacleto Bermudez no tuvo como raiz no visible la posición política de la familia Bermúdez y De Castro a la Colonia española.   


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Artículo de Juan Reynaldo Sánchez ex miembro de la Seguridad Personal de Fidel Castro: Granada, la derrota que Fidel Castro no podía perdonar

 Nota del Bloguista

Antes  de que surgieran las supuestas  zapatillas ¨Tortoló¨ para carreras  de velocidad; ya habían surgido y probadas por Fidel Castro y Raúl Castro  en el Cuartel Moncada, en Alegría de Pío y otros lugares las zapatillas ¨Castro¨. 

El Comandante de la Sierra Maestra Huber Matos dice  sobre Raúl Castro en entrevista a Zoé Valdés:

http://baracuteycubano.blogspot.com/2012/10/zoe-valdes-entrevista-huber-matos-fidel.html

En cuanto al temor de Raúl, eso era conocido. Raúl tenía fama de cobarde entre todos sus oficiales.  Raúl nunca iba a un combate. Una vez cuando le dijeron que venía el Ejercito le dijo a su chofer (Maro): “Óye, vámonos de aquí, arriba, vámonos”.  Maro contaba que como a la hora de huir de la Maya, le dijo a Raúl: “¿Qué hacemos? Aquí no van a llegar los guardias”.
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Tomado de http://cubaaldescubierto.com/?p=4611
25 octubre, 2013 by Café Fuerte ,

Granada, la derrota que Fidel Castro no podía perdonar


Fidel Castro junto a Maurice Bishop en una de sus visitas a Cuba, en 1983. Al fondo (a la derecha) el autor de este artículo.


Por Juan Reynaldo Sánchez*

A 30 años de los acontecimientos desencadenados en la isla caribeña de Granada tras el magnicidio del primer ministro Maurice Bishop y la invasión de tropas estadounidenses, el fantasma de Fidel Castro gravita sobre el descalabro de la operación militar cubana y la suerte de 25 compatriotas que fueron conminados a una muerte absurda.

Todavía hoy siguen en pie dos preguntas esenciales: ¿Qué significaba Granada en los propósitos megalomaníacos de Fidel Castro? ¿Por qué designó al coronel Pedro Benigno Tortoló Comas y cuáles fueron sus órdenes directas?

Al frente del movimiento izquierdista de la Nueva Joya (NJM, Bishop había tomado el poder en 1979 mediante un golpe de Estado contra el gobierno del primer ministro Eric Gairy, precisamente con ayuda logística de La Habana.

Fidel Castro necesitaba de otro puntal en el Caribe, además de la Jamaica de Michael Manley. Sabía que el gobierno de Manley era inestable y podía perder el poder en cualquier momento, como en realidad sucedió en 1980. De manera que Granada aparecía como el trampolín de exportación de la revolución a otras naciones de la región caribeña, como ya lo era la Nicaragua sandinista en Centroamérica.

Entrenamiento en Cuba

La posible influencia en la comunidad caribeña del gobierno de la Nueva Joya sería verdaderamente importante tanto para Castro como para la entonces todopoderosa Unión Soviética en pleno apogeo de la Guerra Fría, dada la tendencia marxista leninista de Bishop.

Desde los primeros días del triunfo de Bishop, Fidel Castro ofreció entrenamiento y asesoramiento en aspectos de la seguridad presidencial y militar especializada que el premier granadino no tardó en aceptar.

Así fue como decenas de militantes de la Nueva Joya comenzaron a entrenarse en la escuela de la Seguridad Personal, por entonces ubicada donde hoy se encuentra la Unidad de la Policía Especial en el bosque de La Habana; otras decenas de granadinos reciben cursos especiales en las instalaciones de Tropas Especiales del Ministerio del Interior.

Bishop visita Cuba por última vez el 7 de octubre de 1983, días antes de la intervención norteamericana y caribeña a la isla. La visita transcurre en largas horas de reuniones y recorridos por el interior del país, incluyendo la Central Electronuclear de Juraguá, en Cienfuegos. Bishop le comenta a Fidel Castro sobre las divisiones dentro del partido de la Nueva Joya, las críticas de culto a la personalidad que le habían realizado dentro de la organización y la cada vez más precaria unidad en el gobierno de la isla.

Ya para esta época, Cuba está involucrada en la construcción de un aeropuerto en Point Salines mediante la colaboración de una brigada de constructores, según un acuerdo establecido con Granada, a la vez que habían sido enviados decenas de asesores militares cubanos.

La estrella de Tortoló

Bajo el pretexto de construirse únicamente para el apoyo del turismo a la isla, el aeropuerto también tenía el objetivo de servir a los propósitos del tráfico de personal y material bélico hacia el Caribe, como en una época se utilizó el aeropuerto internacional José Martí de La Habana para el aterrizaje y estacionamiento de los bombarderos soviéticos de largo alcance soviéticos en un área militar especialmente habilitada en el lugar.

Con estos antecedentes es comprensible la designación del coronel Tortoló para la defensa de las instalaciones y posiciones cubanas en Granada.

Fidel Castro conocía a Tortoló desde las maniobras militares Bastión, a comienzos de los años 80, y especialmente estuvo muy cerca de él durante los ejercicios desarrollados en 1983. En el recorrido realizado por diferentes puestos de mando de la defensa, Castro llegó a la antigua escuela de responsables de milicias del Ejército Central, que tenía a Tortoló como jefe del Estado Mayor de esa fuerza militar.

Al arribar Castro, le rinden el parte correspondiente de las supuestas acciones militares y como jefe del Fstado mayor le informa de las tácticas y maniobras a seguir para contrarrestar una posible invasión enemiga. Tortoló lo hace bien y responde sin titubeos a las incisivas preguntas del gobernante, que se lleva una magnífica impresión del joven coronel.

El 14 de octubre Bishop es depuesto y asesinado por las fuerzas leales a Bernard Coard y se desata una ola de violencia en la nación caribeña. Ante la inminente intervención militar por parte de Estados Unidos y fuerzas conjuntas de estados caribeños como Barbados, Dominica y Jamaica, Fidel Castro decide no retirar ni un solo cubano de Granada y enviar a un militar de alta graduación para hacerse cargo de la defensa en las posiciones cubanas en el territorio granadino, fundamentalmente el aeropuerto en construcción en Point Salines y la Embajada cubana.

En el despacho de Fidel Castro

El nombre que le viene a la mente en ese momento es el de aquel jefe del Estado Mayor del Ejército Central que pocos días ante le había dado una brillante disertación en las maniobras para repeler cualquier “invasión enemiga”. De esta forma se decide la suerte de Tortoló. El coronel es citado para el despacho de Castro en el Consejo de Estado, donde Castro personalmente le da las órdenes que debía ejecutar a su llegada a Granada.

Recuerdo claramente, como si fuera hoy, aquel encuentro y las apremiantes recomendaciones hechas por Castro:

A.- Sin perder un minuto, organizar a los cubanos en las diferentes zonas para la defensa de las instalaciones y distribuir todas las armas que allí se encontraban.

B.- Establecer un sistema de comunicaciones entre las posiciones y la embajada cubana, a fin de mantener informada a La Habana sobre los posibles acontecimientos que se desarrollaran.

C.- Lo más importante: no atacar a las fuerzas enemigas si no eran atacados directamente.

Fidel Castro le insistió que debía defender sus posiciones a toda costa “hasta el último hombre y la última bala”, aún con el conocimiento de que no podía contar con refuerzos desde Cuba, previendo el bloqueo naval que se implantaría a la isla. En otras palabras, significaba que en caso de enfrentamiento armado, sería combatir hasta el final. Un suicidio anunciado.

Con estas órdenes en la cabeza, el coronel Totoló partió del aeropuerto del escuadrón ejecutivo de Playa Baracoa, al oeste de la capital cubana, en un avión AN-26 que lo trasladó a la isla de Granada, en la madrugada del 24 de octubre de 1983. Para esa fecha, Bishop ya había sido ultimado.

Inmolados y aferrados a la bandera

Todos los partes recibidos por Fidel Castro a través de la embajada cubana en Granada, donde se encontraba como embajador Julián Enrique Torres Rizo eran devastadores y potencialmente exagerados, hasta el punto de informar que el último reducto de resistencia cubana se había inmolado, abrazados todos sus integrantes a la enseña nacional.

¿Por qué Fidel Castro no retiró al personal cubano de Granada una vez que Bishop fue asesinado, cuando incluso él mismo había expresado que las relaciones con Bernad Coard y su gobierno eran frías y distantes? ¿Por qué no aprovechó esa cobertura y salvó a decenas de cubanos muertos y heridos en una contienda que no tenía más salida que la inmolación?

Ciertamente Fidel Castro no movió un dedo en buscar una evacuación de los cubanos mediante una coordinación diplomática con las fuerzas invasoras. No porque no había tiempo -como expresó después- sino porque desde un principio esa variante no estuvo en sus planes. Castro sabía que los cubanos no contaban con el armamento, ni la preparación, ni la experiencia necesaria para hacer frente y frenar un posible ataque a las posiciones que ocupaban en territorio granadino.

La verdadera intención de Fidel Castro era que, si Estados Unidos se decidía por no atacar las posiciones cubanas, los 700 efectivos desplegados allí regresarían a Cuba como verdaderos héroes y se esgrimiría el argumento victorioso de que el imperialismo no había osado atacarlos. En caso de ser atacados, ofrecerían resistencia “hasta el último hombre y la última bala”, como le había ordenado a Tortoló, y entonces desataría una campaña internacional en contra del presidente Ronald Reagan para desacreditarlo y tildarlo de abusador y asesino.

Pero las cosas no le salieron como esperaba. Tortoló no tuvo nunca la decisión de inmolarse ante una causa que ya se había perdido desde La Habana cuando lo enviaron a Granada.

Rostro de preocupación

Recuerdo el rostro de preocupación y el desasosiego que acompañó a Fidel Castro por esos días tras las evidencias de la aplastante derrota.

Según se supo luego mediante las investigaciones realizadas personalmente por Fidel y Raúl Castro, Tortoló nunca dio la orden de fuego contra las posiciones enemigas. La pesquisa fue conducida por los dos hermanos mediante entrevistas a testigos de los acontecimientos, incluido el propio Tortoló, en la Casa 28 de protocolo del Consejo de Estado, situada en las callea 150 y 21 del municipio Playa, en La Habana.

Los interrogatorios confirmaron que Tortoló recorría las posiciones durante el enfrentamiento, desatado realmente por las fuerzas granadinas de resistencia. Al ver que los cubanos no le tiraban a las tropas invasoras, los granadinos comenzaron a hacerle fuego a a las posiciones cubanas para buscar una reacción. Algunas posiciones cubanas abrieron entonces fuego por su cuenta, sin tener la orden específica del mando inmediato.

El saldo de esta lamentable escaramuza militar fue de 19 soldados estadounidenses, 25 cubanos y 45 granadinos del Ejército Revolucionario del Pueblo (PRA) fallecidos. También murieron 24 civiles de Granada. Entre los cubanos hubo también 59 heridos y 638 prisioneros.

Chivo expiatorio

Poco le duraron al coronel Tortoló las horas de gloria después que fuera recibido como un héroe por el propio Fidel Castro en el aeropuerto de La Habana, donde rindió el parte de la “misión cumplida”. Después de las investigaciones realizadas, fue recriminado por Fidel y Raúl castro en la mencionada Casa 28 y enviado a un tribunal de honor que lo degradó a soldado, junto con todos los militares cubanos que estaban en Granada. Como alternativa se les impuso limpiar su honor en la guerra de Angola, donde combatió Tortoló y se ganó los grados de sargento. Hoy vive sin gloria y con pena en su casa de la calle Marino en La Habana, a los 68 años.

Toda la responsabilidad de este inútil enfrentamiento cubano con la 82 División Aerotransportada del Ejército de Estados Unidos recae sobre la conciencia de Fidel Castro y de su hermano Raúl. Aunque Tortoló cargará siempre con el estigma del hombre que huyó, no fue más que el chivo expiatorio de este monumental fiasco militar cubano en el Caribe.

Después de Granada, la imagen de la invencibilidad cubana y la retórica de la inmolación patriótica quedaron severamente dañadas. Y eso es lo que Fidel Castro no podía perdonar.

*Juan Reynaldo Sánchez fue escolta personal de Fidel Castro entre 1968 y 1994, con grados de teniente coronel. Fue destituido y cumplió prisión en Cuba. Logró abandonar la isla en el 2008 y actualmente reside en Miami. Tiene en proceso de edición un libro sobre su experiencia en la seguridad personal del gobernante cubano.

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Cuba. Werlando Leyva, miembro del MCL agredido a machetazos por un sicario del regimen comunista, habla en Madrid sobre la realidad cubana y el trabajo del Movimiento Cristiano Liberación dentro de la isla

Tomado de http://www.oswaldopaya.org/es

Entrevista a Werlando Leyva, miembro del MCL

Entrevista a Werlando Leyva, miembro del MCL que está de visita en Madrid. Werlando fue agredido a machetazos por un sicario del regimen comunista, que le dejó graves secuelas en su mano izquieda. El es zurdo, tiene 4 hijos pequeños y trabaja en la agricultura. Su sencillez y entereza son el ejemplo del trabajo discreto pero efectivo que hacen él y muchos mas miembros del MCL. Tal y como èl cuenta, sin recursos, sin fotos ,sin protagonismos. habla sobre la realidad cubana y el trabajo del movimiento dentro de la isla.


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Cuba. Antimotines en Oriente: 'Si se mueven, los matamos'


Antimotines en Oriente: 'Si se mueven, los matamos'
DDC | 29 Nov 2013


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La Unión Patriótica de Cuba distribuyó imágenes que prueban cómo el régimen empleó fuerzas especiales para allanar casas de opositores y detener a 23 de ellos en Palma Soriano.


Tropas antimotines asaltan vivienda de UNPACU en Palma Soriano



Tropas especiales Cubanas allanan viviendas de miembros de la UNPACU - América TeVé



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Cuba y España. Rosa María Payá sobre el asesinato de su padre Oswaldo Payá tras apoyar la Eurocámara una investigación internacional independiente de la muerte de su padre: el Ejecutivo español “tiene ahora la ocasión de demostrar si está con los cubanos o con su Gobierno”




El gobierno de España debe apoyar junto a la UE una investigación independiente de las muertes de Oswaldo Payá y Harold Cepero

SERVIMEDIA La hija de Oswaldo Payá, Rosa María, considera que, tras apoyar el jueves la Eurocámara una investigación internacional independiente de la muerte de su padre, el Ejecutivo español “tiene ahora la ocasión de demostrar si está con los cubanos o con su Gobierno”.

En una entrevista concedida a Servimedia, Payá instó así al Ejecutivo que preside Mariano Rajoy a demostrar su “coherencia” con los derechos humanos y promover la citada investigación independiente.

SERVIMEDIA La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, mantuvo hoy una reunión en Toledo con la hija del disidente cubano fallecido Oswaldo Payá, Rosa María.

MARTINOTICIAS Rosa María Payá ha insistido en que no fue un “accidente” sino un “asesinato” y ha subrayado la necesidad de esclarecer lo ocurrido

También le reclamó que propugne la convocatoria de un plebiscito en Cuba y, una vez más, que conceda el indulto a Ángel Carromero, el militante de Nuevas Generaciones que fue condenado en Cuba por “homicidio imprudente” al conducir el vehículo en el que viajaba Oswaldo Payá y su compañero Harold Cepero, también fallecido.

(Rosa María Payá; foto de archivo)

Insistiendo en su convicción de que el supuesto accidente fue un asesinato ejecutado por agentes del régimen cubano, la hija de Payá argumentó que su padre nunca habría permitido que se corriera en la carretera.

En este sentido, aseguró que ella no tiene nada que demostrar, sino que es el Gobierno de La Habana el que ha de probar que no hizo embestir otro coche contra el que conducía Carromero, después de años intentando atentar contra el disidente cubano.

EUROCÁMARA
Sobre la declaración aprobada el jueves por la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, la hija de Payá la considera “muy buena pero sólo el principio”.

Ahora confía en que el Pleno de la Eurocámara la refrende en diciembre y que la Alta Representante para la Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, inste al Servicio Exterior Europeo o a Naciones Unidas a ordenar una investigación independiente e internacional sobre lo que considera fue “un atentado”.

Según explicó, esa declaración no sería puramente testimonial, sino que valdría para dar fuerza a la causa en la ONU e incluso para que la UE ordenara la investigación, con o sin la colaboración del Gobierno cubano.

En cualquier caso, la hija de Payá apuntó que los disidentes no sólo quieren que se aclare la verdad de lo que ocurrió aquel día, sino que se acabe con la impunidad con la que el Gobierno cubano ejerce violencia contra la oposición, con, aseguró, más de 900 detenciones arbitrarias en el último mes.
En este sentido, reclamó a la UE que, en las negociaciones del próximo acuerdo de cooperación con Cuba, “se ponga de parte de los derechos de los cubanos”, los verifique y exija un plebiscito para ver si éstos quieren elecciones libres. Y, dentro de este objetivo, remarcó la importancia de los gobiernos españoles, a quienes en Europa siempre “se consulta cuando se habla de Cuba”.
(SERVIMEDIA)

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Oswaldo Payá y Harold Cepero
 
Noticia relacionada publicada el 21 de noviembre de 2013


La Eurocámara reclama una investigación internacional para esclarecer la muerte de Payá y Cepero EUROPA PRESS , MARTINOTICIAS , ABC  , ENGLISH  , ACIPRENSA 

 La Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo ha reclamado este jueves que la Unión Europea promueva en la ONU una investigación internacional para esclarecer la muerte de los disidentes cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero, que perecieron en un accidente de coche en julio de 2012 en el que se vio implicado el dirigente de Nuevas Generaciones del PP, Ángel Carromero, que conducía el vehículo.

Los grupos políticos en la Eurocámara han pactado una enmienda de compromiso en este sentido al informe sobre la situación de los Derechos Humanos en el mundo y la política de la UE en este ámbito correspondiente a 2012 que ha sido aceptada, han confirmado fuentes parlamentarias. El informe será votado por el pleno de la Eurocámara en diciembre.

La hija de Oswaldo Payá, Rosa María, ha confirmado a través de su cuenta social de Twitter que la Comisión de Asuntos Exteriores de la Eurocámara “acaba de aprobar solicitar a la Unión Europea promover una investigación sobre la muerte de mi padre”.

En la enmienda, los eurodiputados reclaman al Servicio Europeo de Acción Exterior y a la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Catherine Ashton, que “promueva en el marco de Naciones Unidas un comité internacional e independiente de investigación de las circunstancias de la muerte en las que los defensores de los Derechos Humanos y disidentes cubanos” en julio de 2012.

Los eurodiputados han manifestado su “preocupación” además “por la represión continuada de los periodistas independientes y activistas de Derechos Humanos y la supresión de la disidencia política en Cuba” y reclaman “atención a la situación de los presos de conciencia en Cuba que continúan siendo condenados en base a cargos falsos y están en detención preventiva”.

Carromero, condenado por la justicia cubana a cuatro años de cárcel por el accidente de tráfico en el que fallecieron los líderes opositores acusó en agosto pasado a los servicios secretos cubanos del accidente. El dirigente de Nuevas Generaciones del PP fue condenado por el homicidio imprudente de los opositores en dicho accidente, que tuvo lugar el 22 de julio de 2012. Tras varios meses en una cárcel cubana, ambos gobiernos alcanzaron un acuerdo para que fuera trasladado a Madrid para cumplir su condena.


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El activista Ramón Alejandro Muñoz, esposo de Sonia Garro, escribe a la hija de uno de los cinco espías.de la red Avispa



Por Ramón Alejandro Muñoz
Prisionero político.

COMBINADO DEL ESTE, 28 de Noviembre.- En Cuba, “territorio libre de América”, hay una población de casi 12 millones de habitantes. Toda esta población sufre desengaños terribles cuando sus familiares son llevados a prisión por causas inventadas y sin prueba alguna; pero resulta que en diversos periódicos y revistas han salido publicaciones de los llamados 5 héroes, y la familia de Ramón Labañino -uno de los cinco espías- han hecho declaraciones al respecto.

No sé jovencita, cuál es la historia que a ustedes le han contado, pero en las cárceles donde se encuentra tu padre hay cosas que se pueden hacer que en las cárceles de Cuba no.

Por ejemplo, en la revista cubana “Zunzún”, sale una publicación donde tú y tus hermanas, están en prisión con tú padre, y la revista comenta que no se les permitía entrar cámaras fotográficas; entonces, ¿Quién sacó esa foto?, no les permiten que él las toque y en una de las fotos él te tiene las manos agarradas.

¿Tú sabes cómo funciona el régimen penitenciario en las cárceles cubanas? seguro que no. Pues bien, yo te contaré y vamos a comparar los dos sistemas.

Para tu conocimiento, en las cárceles de Cuba hay también presos políticos; en las cárceles de Cuba se tortura y se asesina; hay miles de reclusos sufriendo constantes agresiones por parte de los guardias, y ningún verdugo ha pagado por sus crímenes.

En las cárceles de Cuba, y en especial las de máxima seguridad Combinado del Este, la comida es poca y de mala calidad; incluso, en ocasiones viene hasta podrida.

En las cárceles de Cuba, a los familiares no les permiten traer a la visita, mayonesa, perros calientes, pizzas, dulces, aceite, jamón, arroz, y mucho menos carne ni jugos naturales hechos en casa. Las cartas para tus hijos, esposa y otros familiares no te las dejan sacar, te las leen y después las rompen.
Las condiciones humanas son pésimas; la higiene, peor todavía. La privacidad es violada, porque te requisan hasta los genitales antes y después de la visita. Todos somos humillados y tratados como animales. Exactamente igual que lo hacían los nazis en los campos de concentración.

Puede ser que tú mamá no te haya contado sobre los terroristas que colocaron las bombas en la Bodeguita del Medio y en el Hotel Copacabana, donde perdió la vida un ciudadano de origen italiano.
Pues pequeña, Chávez Abarca y Cruz León -autores de acto terrorista- se encuentran en el Combinado del Este, ubicada en La Habana, y ellos disfrutan de condiciones que nosotros que somos cubanos, hijos legítimos de esta tierra que nos vio nacer, no tenemos.

Tienen teléfono en sus habitaciones, ventiladores, neveras con agua fría, alimentos de buena calidad y son atendidos por una buena comisión médica, mientras que nosotros nos podemos morir que no aparece un médico.

En el programa Mesa Redonda, descaradamente, para denunciar la mala alimentación que sufren los “cinco héroes” explicaron que por más de una semana estaban comiendo pollo sin papas, que el bistec no tenía cebolla y que el helado estaba derretido.

A nosotros, los prisioneros cubanos -sobre todo a los políticos-, nos dan papa sin pollo, cebolla sin bistec, y el helado nunca lo hemos visto aquí;  pero bueno, la mayoría de los ciudadanos cubanos no pueden disfrutar de esos alimentos.

(La familia del espía  Ramón Labañino visita al espía. La esposa de Labañino era oficial del Ministerio del Interior cuando él fue detenido; eso no ha sido un obstáculo para que ella lo visite en las cárceles de EE.UU., pese a que la licenciaron del MININT para que pudiera desempeñarse a tiempo total como esposa de Labañino en todas las tareas asignadas por la tiranía. Nota y fotos agregadas por el bloguista de Baracutey Cubano)

Seis libras de azúcar, media libra de aceite, 7 libras de arroz, 10 onzas de frijoles, y un pan de 90 gramos por persona, y por la libreta de racionamiento, es todo el capital alimentario que ha podido garantizar el “Estado benefactor” a su pueblo durante más de medio siglo.

El Gobierno Cubano se harta de decir que tenemos un bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos hace más de 54 años, pero realmente en Cuba hay tres bloqueos, el bloqueo que tiene el Gobierno Cubano contra su propio pueblo, el bloqueo en las prisiones, y el bloqueo racista.

¡Qué ironía!, en el año 2000 Fidel Castro proclamó que de todos los proyectos el que más le apasionaba era el de convertir las prisiones en escuelas, porque es el más humano, el más justo y socialista; pero, parece que Fidel Castro llevó a cabo su proyecto de atrás para alante, y son las escuelas las que han acabado convirtiéndose en prisiones.

Acaso, ¿usted sabe que la Seguridad del Estado no permite que nuestros compañeros de causa nos visiten en la prisión, y que las Damas de Blanco son brutalmente golpeadas por reclamar de forma pacífica la libertad de los presos políticos?.

¿Te gustaría de que a ti, a tu hermana, a tu abuela, tu mamá o a otro de tus familiares los golpearan por pedir la libertad de tu padre? Estoy seguro que no.

¿Usted tiene conocimiento que mi esposa, Sonia Garro Alfonso -presa política y Dama de Blanco- fue herida en su pierna izquierda por el disparo de un arma de fuego por el sólo hecho de no estar de acuerdo con el régimen de Fidel Castro?

Ella se encuentra presa; la veo cada tres meses en un pabellón, o sea que en el año sólo la veo 4 veces. Les parece poco castigarnos de esa forma y la habitación que nos dan es la de los condenados a muerte y a cadena perpetua; tienen rejas de hierro y una puerta de aluminio con llave; además, tiene micrófonos y cámaras.

¿Le parece a usted, jovencita, que eso es justo? ¡Qué desesperación! Quien te escribe es Ramón Alejandro Muños González, ciudadano cubano, preso político y periodista independiente; casado, padre de 12 hijos.

Actualmente estoy recluido en la prisión Combinado del Este, condenado a 14 años de privación de libertad; y mi esposa, Sonia Garros, fue condenada injustamente a 10 años de cárcel. Tanto mi esposa como yo somos héroes; pero eso no te lo contaron tus padres.

Nota: Este escrito será enviado al Consejo de Estado, la Mesa Redonda; los periódicos Granma, Juventud Rebelde, Trabajadores y el magazine Calle del Medio; al sitio digital Cubadebate, la emisora Radio Martí y todos los sitios de internet que quieran solidarizarse con nuestra causa.

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'¿Te gustaría que a ti, a tu abuela, a tu mamá las golpearan por pedir la libertad de tu padre?'

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El activista Ramón Alejandro Muñoz, esposo de Sonia Garro, escribe a la hija de uno de los cinco espías.
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DDC
 La Habana
 29 Nov 2013

"Tanto mi esposa como yo somos héroes; pero eso no te lo contaron tus padres", dice el prisionero político Ramón Alejandro Muñoz en una carta abierta a una de las hijas del espía Ramón Labañino Salazar, encarcelado en Estados Unidos.

En el texto —publicado por el Centro de Información Hablemos Press—, Muñoz, esposo de la Dama de Blanco Sonia Garro, denuncia las condiciones de las prisiones de la Isla y las compara con las que describen el Gobierno cubano y las familias de los agentes.

"En las cárceles de Cuba hay también presos políticos; en las cárceles de Cuba se tortura y se asesina; hay miles de reclusos sufriendo constantes agresiones por parte de los guardias, y ningún verdugo ha pagado por sus crímenes", dice Muñoz, recluido en la prisión de máxima seguridad Combinado del Este desde marzo de 2012, sin juicio.

Labañino es uno de los cuatro espías del Gobierno cubano que continúa preso en Estados Unidos. Cumple una condena de cadena perpetua más 18 años de cárcel.

La Habana lleva a cabo una intensa y costosa campaña por sus agentes que incluye frecuentes viajes de sus familiares al extranjero, constantes actividades de propaganda y apariciones en los medios de comunicación de la Isla, todos estatales.

En las cárceles cubanas "las condiciones humanas son pésimas; la higiene, peor todavía. La privacidad es violada, porque te requisan hasta los genitales antes y después de la visita. Todos somos humillados y tratados como animales. Exactamente igual que lo hacían los nazis en los campos de concentración", dice Muñoz.

Afirma que los salvadoreños Francisco Antonio Chávez Abarca y Raúl Ernesto Cruz León, quienes cumplen 30 años de cárcel por atentados con bombas en hoteles de La Habana en 1997, "disfrutan" de "teléfono en sus habitaciones, ventiladores, neveras con agua fría, alimentos de buena calidad y son atendidos por una buena comisión médica", mientras los cubanos "nos podemos morir, que no aparece un médico".

En el programa Mesa Redonda de la televisión estatal, "descaradamente, para denunciar la mala alimentación que sufren los 'cinco héroes' explicaron que por más de una semana estaban comiendo pollo sin papas, que el bistec no tenía cebolla y que el helado estaba derretido", dice Muñoz.

"A nosotros, los prisioneros cubanos —sobre todo a los políticos—, nos dan papa sin pollo, cebolla sin bistec, y el helado nunca lo hemos visto aquí", compara.

"¡Qué ironía! —señala—. En el año 2000 Fidel Castro proclamó que de todos los proyectos el que más le apasionaba era el de convertir las prisiones en escuelas, porque es el más humano, el más justo y socialista; pero, parece que Fidel Castro llevó a cabo su proyecto de atrás para adelante, y son las escuelas las que han acabado convirtiéndose en prisiones".

El activista recuerda en su carta que las Damas de Blanco "son brutalmente golpeadas por reclamar de forma pacífica la libertad de los presos políticos".

"¿Te gustaría de que a ti (sic.), a tu hermana, a tu abuela, tu mamá o a otro de tus familiares los golpearan por pedir la libertad de tu padre?", pregunta.

Labañino tiene tres hijas: Ailí Labañino Cardoso, de su primer matrimonio, y Laura y Lisbet Labañino Palmeiro. Muñoz no precisa a cuál de ellas se dirige en su carta.

El disidente, Sonia Garro, y el también activista Eugenio Hernández fueron detenidos en un violento operativo en el que el régimen utilizó fuerzas especiales y balas de goma. La Dama de Blanco recibió un disparo en una pierna.

La Fiscalía los acusa de atentado, desorden público y asesinato en grado de tentativa. Pide 14 años de condena para Muñoz, 10 para Garro y 11 para Hernández.

Los cinco espías (Labañino, René González, Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Fernando González) fueron encontrados culpables de actuar como agentes extranjeros no identificados, intentar penetrar en bases militares estadounidenses e infiltrarse en grupos del exilio cubano, entre otros cargos.

Gerardo Hernández, cabecilla del grupo, fue condenado además por su responsabilidad en el derribo, en aguas internacionales y por parte de aviones del Ejército cubano, de dos avionetas de la organización del exilio Hermanos al Rescate. En ese hecho murieron cuatro personas.

La justicia estadounidense permitió regresar a la Isla a René González, quien se encontraba en libertad condicional después de 13 años de prisión.

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Testimonios que prueban que la red Avispa de espionaje atentó contra la seguridad de los Estados Unidos y que desarrolló actividades para ejecutar en el futuro actos terroristas en territorio norteamericano


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viernes, noviembre 29, 2013

Alfredo M. Cepero: HONDURAS BAJO EL ASEDIO DE LOS ENEMIGOS DE LA LIBERTAD.


HONDURAS BAJO EL ASEDIO DE LOS ENEMIGOS DE LA LIBERTAD.

Por Alfredo M. Cepero

Director de www.lanuevanacion.com

Sígame en: http://twitter.com/@AlfredoCepero

En el breve espacio de cuatro años (2009-2013) Honduras ha recorrido un accidentado camino político que la ha llevado de faro de la esperanza a tierra asediada por los enemigos de la libertad. El 28 de junio del 2009, el entonces Presidente Manuel Zelaya puso en marcha su proyecto de la llamada "cuarta urna" encaminado a modificar la constitución hondureña y permitirle perpetuarse en el poder. Tanto el Congreso como el Poder Judicial le habían advertido que dicho proyecto era ilegal y que desistiera de sus propósitos. Pero, envalentonado por los petrodólares de Hugo Chávez, Zelaya se creyó intocable y se enfrentó al Congreso y al Tribunal Supremo.

Sin embargo, la pequeña Honduras no se dejó intimidar por el poderío del sátrapa venezolano ni por las artimañas de su cipayo hondureño. Los militares hondureños, al mando del General Romeo Vázquez y siguiendo instrucciones del Poder Judicial, arrestaron y deportaron a Zelaya y se pusieron a las órdenes del Presidente del Senado, Roberto Micheletti, designado presidente provisional hasta la celebración de elecciones presidenciales, en cumplimiento de las cláusulas de la Constitución de Honduras.

Los militares, por otra parte, demostraron que no actuaron en forma festinada ni con la intención de adueñarse del poder. Se limitaron a cumplir con el mandato del Artículo 3 de su constitución, el cual estipula: “Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones ….usando medios o procedimientos que quebranten o desconozcan lo que esta constitución y las leyes establecen.” También actuaron en total concordancia con la Constitución los magistrados que, en cumplimiento de su Artículo 242, designaron al Presidente del Congreso, Roberto Micheletti, como presidente provisional, en sustitución del depuesto Manuel Zelaya.

Entusiasmado ante el hermoso espectáculo de una Honduras que, a la manera de David, se enfrentaba al grotesco Goliat venezolano, en aquel momento escribí: "El ejemplo de la conducta cívica, valiente y mesurada de las instituciones jurídicas, políticas y militares hondureñas constituye un faro de esperanza para los pueblos americanos. Pueblos asediados por un totalitarismo voraz que tiene su centro estratégico en La Habana, su banco de financiamiento en Caracas y sus tentáculos en los bolsillos de todos los miserables que venden a sus pueblos a cambio de petróleo venezolano".

Los hechos han demostrado hasta la saciedad que lo ocurrido en Honduras el 28 de junio del 2009 no fue, como dijo y sigue repitiendo la izquierda vitriólica, entre ellos Barack Obama, un "golpe de estado". Fue lo que muy bien puede ser calificado de "golpe institucional". Fueron medidas drásticas tomadas al amparo de las leyes hondureñas con objeto de impedir el establecimiento de un régimen totalitario disfrazado de democrático al estilo de la Venezuela de Chávez. Roberto Micheletti y Romeo Vázquez no fueron golpistas sino los salvadores de la democracia hondureña.

Pero los pueblos, y muy especialmente los de nuestra América Hispana, padecemos en forma superlativa de una dolencia que bien podríamos diagnosticar como "ingratitud política". Con la elección de Porfirio Lobo como presidente en el 2009, los héroes de la jornada del 28 de junio fueron depositados en el baúl de los trastos viejos. Ignorando que su ascenso a la presidencia fue posible gracias a la acción de quienes frenaron la traición de Zelaya, Lobo pagó el gesto retirando de inmediato todo tipo de protección al ex presidente Micheletti.

Y, para comprar la simpatía de la chusma que desfilaba en apoyo a Zelaya y financiada por Caracas, Porfirio Lobo, un graduado de la Universidad Patricio Lumumba y un presidente que ha mantenido a Honduras en la pobreza más abyecta y la violencia más alta de este continente, exoneró de cargos de corrupción y traición a la patria al judas hondureño. En aquel momento dije: "Con este perdón, Lobo ha demostrado su desprecio al ordenamiento jurídico hondureño, ha dado tribuna para la agitación doméstica al agente de una potencia extranjera y ha creado las condiciones para que futuros gobernantes atenten contra la democracia de su país".

Lamentablemente, las declaraciones del matrimonio Zelaya y el apoyo obtenido por su coalición en las urnas durante las últimas elecciones parecen haber dado validez a mis preocupaciones de hace dos años. En un acto político hace sólo unos días, Xiomara Castro de Zelaya sacó sus garras de resentimiento y venganza afirmando: "No les quepa duda a los enemigos del pueblo que vamos por la refundación de Honduras". Y sobre la reforma constitucional: "Anhelamos un nuevo Estado, un nuevo ordenamiento jurídico. Nuestro objetivo es la Asamblea Nacional Constituyente".

Con estas declaraciones los Zelaya se suman a la corriente providencialista y totalitaria que se ha extendido por América y que ha hecho del paternalismo del estado benefactor la fórmula de perpetuarse en el poder. Una fórmula que ha echado raíces no solo en países del Tercer Mundo como Nicaragua, Bolivia, Ecuador y, con perdón de los argentinos, la Argentina, que a mediados del siglo pasado fuera la nación más próspera y culta de la América Hispana.

Por el mismo camino andan Chile y los Estados Unidos, dos países donde todavía predominan las estructuras de la democracia y del mercado libre. Por desgracia, la Bachelet y Obama parecen empecinados en cambiar las reglas del juego por medio de una transformación radical de sus respectivas sociedades. Para ello cuentan con la inercia de sectores conservadores que se avergüenzan de su ideología y el respaldo fanático de sectores ignorantes y parásitos que votan con el estómago por los candidatos que les proporcionen mayores prebendas.
Los Zelaya se han aprendido la lección, han pulido el mensaje y se han lanzado a la búsqueda del poder absoluto que les arrebataron hace cuatro años. Si no lo logran esta vez, vaticino que seguirán insistiendo. La venganza es un poderoso motivador y estos personajes parecen tenerlo en cantidades galácticas. Por el bien de esa nación de gente buena y trabajadora hago votos porque el espíritu de amor a la libertad que los inspiró en su gloriosa jornada del 28 de junio del 2009 les dé las energías para enfrentar de nuevo a las hordas totalitarias y fanáticas.


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Esteban Fernández: FELIZ CUBAN THANKSGIVING

 FELIZ CUBAN THANKSGIVING


DE PARTE DE SU AMIGO Esteban Fernández
29 de noviembre de 2013
 

Sin lugar a dudas el Thanksgiving es la costumbre de este país que más nos ha gustado a los cubanos exiliados. Nos encanta esa bella tradición, la hemos aceptados y la hemos agregado a nuestras celebraciones.

Darle Gracias a Dios (aparte de en todo momento) determinado día es algo lindísimo. Bueno, pero si bien, como les dije, nos encanta el Thanksgiving desde el primer momento el pavo desabrido no nos apetece tanto.

Y entonces nos hemos encaprichado en darle sabor cubano al pavo. Es más, hasta la palabra pavo nos suena extraña porque para nosotros eso es guanajo. Y lo primerito que le agregamos al Thanksgiving es LA NARANJA AGRIA.

Y entonces le dedicamos horas a los “apreparos” del pavo. Es decir, le decimos a la esposa: “Mi amor, adoba el pavo igualito que si estuvieras haciendo una pierna de puerco”. Eso es increíble porque si lo que queremos es que sepa a carne de puerco ¿por qué mejor no compramos y hacemos un pernil y sanseacabó?...

Entonces eliminamos la mayoría de los alimentos con que los americanos rodean al pavo y nosotros le agregamos más o menos los mismos (congrí, yuca, plátanos maduros fritos) que utilizamos el día de nochebuena. Es como si el Thanksgiving fuera un anticipo, una “práctica” de lo que será la cena navideña.

Ustedes no me lo creerán pero hace unos años recuerdo que al Thanksgiving invitaron a un viejo cubano que había quedado viudo recientemente y este me dijo: “Chico, todo estuvo muy bueno, pero se les olvidó servir unos cuantos chatinos”. Yo me quedé un poco sorprendido sin saber que responder porque yo no les llamo “chatino” sino “plátanos verdes a puñetazos”...

Los cubanos que hemos enviado a nuestros hijos y nietos a colegios religiosos nos ponemos dichosos ese día porque utilizamos a los muchachos para que digan unas palabras antes que comencemos a comer. Nada me enorgullece más a mí que ver a mis nietos Andre, Jaxon y Lissete levantarse y darles gracias a Dios en nombre de todos los presentes.

A mí personalmente me cae como una patada el Halloween. Eso de los muchachos pedirle caramelos a extraños no me agrada en lo absoluto, pero para mí el día más precioso del año es el Thanksgiving, día donde se reúne toda la familia y se pasan momentos tranquilos, pacíficos, bellos, de confraternidad y de agradecimiento al Ser Supremo.

Si usted me pregunta ¿qué costumbre ajena te gustaría llevar a Cuba el día de mañana cuando seamos libres? Yo creo que no lo pensaría ni un segundo y respondería: el Thanksgiving. Y yo estoy seguro que así será. No tengo dudas de eso, porque si no somos nosotros serán nuestros herederos, los que han nacido y se han criado aquí, quienes con toda seguridad llevaran esa preciosa tradición a tierras cubanas.

Y no me sorprendería (así son las cosas de la vida) que ese día allá en Cuba libre en lugar de “frijoles negros y yuca” se pongan a querer comer el pavo desabrido con “mash potatos”, boniatos de lata y maíz.

Desde luego, allí estaremos nosotros insistiendo en “¡Caballero, échenle más naranja agria, pónganle bastante ajo a ese guanajo, si no lo adoban bien desde la noche anterior no va a saber a nada!”. Y allá veremos a los nietos diciendo: “Don’t worry abuelo, next month, el día 24, abres un hueco en el patio y haces el lechón como a ti te gusta”. A mis lectores les deseo un feliz Thanksgiving cubano.




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Carlos Alberto Montaner escribe nuevamente sobre el asesinato de John F. Kennedy: JFK y Castro se encuentran medio siglo más tarde

Tomado de http://www.elblogdemontaner.com/


JFK y Castro se encuentran medio siglo más tarde

Por Carlos Alberto Montaner

 



Se alborotó el avispero a los 50 años del asesinato de John F. Kennedy. El Secretario de Estado John Kerry no descarta que Fidel Castro o los soviéticos estuvieran detrás de esa muerte. Lo acaba de afirmar a media lengua. No cree, como medio país, la tesis oficial de que Lee Harvey Oswald era un loco suelto que actuó por su cuenta y riesgo.

Kerry no es el primer funcionario norteamericano de alto rango que tiene esa sospecha. El presidente Lyndon Johnson, sucesor de Kennedy, pensaba lo mismo. Joseph Califano, Secretario del Ejército en esa época, coincidía con su presidente. Winston Scott, el jefe de la CIA en México, país al que Oswald acudió poco antes del crimen y se entrevistó con diplomáticos cubanos y soviéticos, sostenía algo similar.

No disputaban que Oswald hubiera disparado. Era su rifle, eran sus huellas digitales y lo prueban los exámenes balísticos. Incluso, casi todos, aunque con dudas, aceptaban que fue el único tirador, pero algunos suponían que el asesino había sido dirigido hacia su objetivo por la mano cubana. (O, al menos, como barrunta Brian Latell, alto oficial de la CIA en su libro Castro´s Secrets: Cuban Intelligence, the CIA, and the Assassination of John F. Kennedy, La Habana conocía lo que iba a suceder).

Castro tenía razones para alentar la muerte de Kennedy. Sabía que el presidente norteamericano estaba tratando de asesinarlo. Y lo sabía –según Latell—porque uno de los presuntos magnicidas, el Comandante Rolando Cubela, era un doble agente. Lo sabía, también, porque alguno de los gángsters detenidos en Cuba le había contado a sus captores que la Mafia había sido cooptada, nada menos que por Bobby Kennedy, para liquidar a Fidel.

El gobierno cubano niega su vinculación al crimen y ha puesto en circulación otras hipótesis improbables a manera de cortina de humo. Fidel Castro insinúa que fue Lyndon Johnson. Pero su aparato de desinformación afirma que fueron los exiliados cubanos. Concretamente, Herminio Díaz, un antiguo compañero de Fidel Castro en una violenta organización gangsteril llamada Unión Insurreccional Revolucionaria (UIR) de los años cuarenta, y Eladio del Valle, un excongresista cubano.

Ninguno de los dos podía defenderse de la acusación porque habían sido asesinados. Herminio, cuando desembarcaba clandestinamente en Cuba. Del Valle apareció muerto de un tiro en el pecho y un machetazo en la cabeza. Su muerte ocurrió en Miami. Nunca se supo quiénes lo ejecutaron, pero las investigaciones apuntaban a un trabajo de la inteligencia cubana.


Hay cuatro fuentes que no cuentan todo lo que saben. La primera es Estados Unidos. Washington mantiene censuradas cientos de páginas relacionadas con el viaje de Oswald a México y sus relaciones con los servicios cubanos. ¿Por qué? Una hipótesis es que el crimen se hubiera podido evitar si se hubiera transmitido correctamente todo lo que sabía la estación de la CIA sobre las relaciones de Oswald con al aparato castrista. Ocultan un caso terrible de negligencia.

La segunda es La Habana y, especialmente, el oficial de inteligencia Fabián Escalante –hoy general–, quien, aparentemente, estaba en Dallas el día del asesinato. Escalante, además, pudiera aclarar las relaciones (¿íntimas?) entre Silvia Tirado de Durán, empleada del consulado cubano en México, y Oswald. También, la participación del asesino en una fiesta “cubana” en DF, como relatara la escritora mexicana Elena Garro, presente en el baile.

La tercera es Moscú. La inteligencia soviética sabe mucho sobre Oswald. No es lógico que la URSS hubiera utilizado a una persona con la biografía de este personaje para matar al presidente norteamericano, dado que inmediatamente hubiera despertado sospechas, pero es muy significativo que Oswald se hubiera reunido en México con Oleg Nechiporenko, un agente de inteligencia de quien se afirma que no era extraño a estas siniestras tareas.

Pero acaso el testimonio más importante es el de la Mafia. ¿Por qué Jack Ruby, un hampón de poca monta, decide ejecutar a Oswald “para ahorrarle a Jacqueline Kennedy la pena de participar en un juicio doloroso”? Conmovedor, pero impropio de un endurecido gangstercillo. Oswald había negado ser el autor del asesinato y en ese momento todo era muy confuso. ¿Trataba Ruby de borrar otras huellas?


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