martes, agosto 08, 2017

Eloy A. González: Hugo Chávez, un dictador muerto convertido en santo milagrero



Chávez, un dictador muerto convertido en santo milagrero

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El fallecido expresidente venezolano es reverenciado por algunos al grado de creer que es capaz de realizar milagros cuando se le invoca
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Por Eloy A. González
Foorth
08/08/2017

Creo en Chávez…, creo en su mano milagrosa, amiga y socialista.
En su verbo santo que cura los males de los más pobres.
(Oración al Comandante Chávez)

Uno de los asuntos más controversiales y burlesco en la vida del dictador golpista reelegido en Venezuela, quien falleciera de un cáncer, el comandante Hugo Chávez Frías; ha sido y es el manejo o mangoneo de la religiosidad, su religiosidad y la de su entorno. El sujeto, caricaturesco y desafiante como solía presentarse, se ha convertido después de su muerte en una especie de santo milagrero que, de no ser tan preocupante en su reinserción en la conciencia nacional, movería a risas.

La religiosidad popular y la aparición y presencia de santos populares en Latinoamérica no es nada nuevo; nunca se ha necesitado de coyunturas políticas ni de apoyo desmedido de los medios.

Malverde aparece en el norte de México, un ladronzuelo que se convierte en el Robín Hood admirado, que hoy es un santo objeto de devoción y de cariño; santo es de los narcos y de los que cruzan la frontera. Muy al sur, Gilda una exmaestra y cantante de cumbia que después de su muerte trágica junto a su familia y músicos acompañantes se convierte en una santa. El niño Fidencio en México curandero de aguda voz que curaba a sus enfermos meciéndolos, usaba la terapia del vaivén no sé si con una hamaca o columpio; muchos siguen venerándolo y procurando sanarse de alguna enfermedad. Maximom, es lo máximo, santo de Guatemala que es una mezcla sincrética de creencias mayas y ritos católicos en una urdimbre de populismo y costumbres; forma humana de una imagen a la cual se le venera allí. Está sentado a la espera de sus fieles fumando su puro y bebiendo, cuando le dan, ron; probablemente el quemante aguardiente que no siente en su gaznate de madera. A Maximon le traen a la mujer amada para protegerla de tentaciones con otro hombre o acuden a él para tener éxito en los negocios, proteger la cosecha o curarse de cualquier enfermedad. El santo es también el protector de los viajeros y de los comerciantes, padre de los rezadores y dueño de la locura. Entre sus principales atractivos está la posibilidad de curación, no sé si cura la locura siendo como es dueño de ella.

Es así que llegamos a la figura de Hugo Chávez, que este sí es real, sino pregúntenle a los venezolanos. Ya antes de morir empezó a crear una leyenda de hombre espiritual, dado a Dios y quien sabe a qué otras deidades, pues hasta santería hubo.

Cuando se creía curado, Chávez lo atribuyo al “santo” venezolano también popular, José Gregorio Hernández, un médico que ha sido declarado “venerable” por el Papa Juan Pablo II. “Lo mío ha sido una especie de milagro que (se ha producido) gracias a Dios, al Cristo, a José Gregorio y a esta fe y a esta fuerza de vivir”, declaró Hugo Chávez por aquellos días que aseguraba estar curado del cáncer que lo aquejaba…, cuatro meses después fallecía.

Durante su prolongada enfermedad, asociada a una estancia en Cuba para atenderse; los cubanos viviendo en una sociedad atea y marcada por un materialismo hecho política de Estado, vimos sorprendidos como se hacían ceremonias de santería por la salud del finado. La sorpresa mayor fue ver a los militarotes cubanos con cara de yonofui y clavel en mano asistiendo compungidos a una misa por la salud de Chávez en la iglesia católica Cristo de Miramar. Aún vivo Chávez hizo el milagro de la confluencia del ateísmo científico y el catolicismo arribista en Cuba.

Muerto Chávez empezó el rito que hasta hoy está presente. Se dijo de él que fue: el Cristo de los pobres, redentor de los humillados, transparente, invicto, eterno, inmortal…, y mucha más de esta monserga. Su funeral abundó en llantos y expresiones de dolor que según un periodista dejaron chiquitas “a las expresiones de los norcoreanos a la muerte de su dictador. También se han quedado cortos los gritos de ‘Santo súbito’ ante el cadáver de Juan Pablo II comparados con las proclamaciones de santidad del líder bolivariano. Ya verán, no tardará en hacer milagros”, concluye el comunicador. (A las urnas en delirio de santidad. Alfonso S. Palomares).

Entonces comenzó la comparsa de apariciones, sincretismo y política. Aun en capilla ardiente decía una intelectual chavista: “La muerte física de Chávez es seguida por su renacimiento al ámbito de lo sagrado, una realidad que trasciende a este mundo pero que se manifiesta en él. Chávez es ‘mito vivo’, está presente en la sociedad venezolana y proporciona a un sector de la misma, modelos de conducta y confiere significado a la vida misma”. “Las velas le ayudan a elevarse hacia el cielo y las flores sirven para que vaya más rápido”, remachó en el velorio una de sus seguidoras.

Dicen que vieron aparecer su imagen en un túnel del metro en construcción, a Maduro el dictador sustituto, le visitó Hugo Chávez encarnado en un pajarito cantor y repitió delante de sus más allegados y del país como fue la conversación entre trinos. A Hugo Chávez también se le atribuye su intersección en el cielo para que se seleccionara a un Papa latinoamericano. El entusiasmo es tal por un santo tan activo poco después de su muerte que el presidente de Irán llegó a afirma que, “Chávez resucitará como Jesucristo”; ha sido como un delirio místico colectivo y al más alto nivel.

Es así que al santo solo le faltan los milagros. Capilla ya tiene en un barrio de Caracas, los artículos relacionados con su culto se venden en tiendas religiosas, espiritistas y santeras y es llamado por sus fieles: San Hugo Chávez del 23.

El primer milagro se atribuye a una señora que dice hacer sido curada por Hugo Chávez de una lumbalgia crónica, esto es de un dolor en la espalda y que la figura del comandante invicto, eterno e inmortal aparecía en la radiografía que le hicieron. Eulalia que así se llama la afortunada, dice que se unto mentol y se durmió; entonces agrega que soñó “que Chávez me decía yo te voy a curar tu lumbalgia, pero debes hacer una peregrinación en mi nombre”. Ya en el hospital Eulalia espero y se hizo la radiográfica entonces…, “mis ojos se llenaron de lágrimas al ver el rostro de Chávez en la radiografía, es un milagro”.

La historia de Eulalia, aun cuando fue publicada con una foto, tiene todos los ingredientes de una broma. Esto que aquí incluyo puede ser verdad, como puede ser producto de una mezcla de imaginería popular y choteo, si es que ya los venezolanos han incorporado el choteo cubano entre otras cosas.

En días recientes otro milagro atribuido a San Hugo Chávez del 23 es la curación de una niña con cáncer en Guanarito, una localidad en el estado Monagas en Venezuela. Poco confiable por tratarse de una información no comprobada que aparece en la red dice la nota: A través de la red social Twitter, Presley Franco —usuario de la plataforma digital— anunció lo que sería el “primer milagro” del fallecido jefe de Estado, Hugo Chávez Frías. “Primer milagro de Chávez en Guanarito una niña es sanada de cáncer por el supremo comandante”, publica el usuario en la red de microblogging.

A la muerte del Comandante Hugo Chávez, la intencionalidad de manipular una figura controversial y dispensadora fue la de convertirlo en una figura casi mística. Con eso se gana adeptos en tanto que el sujeto objeto de culto es siempre recordado y admirado. De esto dice con acertado juicio el escritor Zakarías Zafra:

“Con su desaparición, la figura de Hugo Chávez se eleva al panteón de las creencias y se convierte en fórmula de fe, justificación de todas las acciones y trasfondo místico de la nueva ejecución de Gobierno. Se erige por una parte como arquetipo político espiritual del pueblo llano. Y, por otra, como objeto sacramental manipulado por falsos apóstoles aspirantes al poder”.

Cuando Maduro señalaba el evento de la avecilla que le silba al oído en clara referencia a una suerte de espíritu visitante que no es otro que el de Chávez; este le trae un mensaje, dice que el presidente designado, “sentí el espíritu de él (Chávez), como bendiciéndonos, diciéndome que hoy arranca la batalla por la victoria”.

Los estudiantes están en la calle, un movimiento de lucha, compromiso y enfrentamiento sacude Venezuela, la libertad se hace real, nuevos tiempos y protagonistas han sido convocados. Los dioses parecen apartados, hay confusión y muerte. Las imágenes serán echadas del templo. Habrá llantos, oraciones y lamentos; tiempo de acción de gracias visitará a la nación que se levanta y se restaura.

Este texto forma parte del libro Notas sobre la religiosidad del cubano bajo una dictadura prolongada, de próxima edición.

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