lunes, septiembre 25, 2017

Esteban Fernandez: POR LA PAN AMERICAN AIRLINES

POR LA PAN AMERICAN AIRLINES

Por Esteban Fernandez
Septiembre 25 de 2017


Años 60’s. Lo que vino fue la flor y nata de la nación. No conozco yo de la existencia -a través de la historia- de un grupo de emigrantes superior intelectualmente a los cubanos. Y no lo tomen como un alarde personal porque yo era simplemente un muchacho sin experiencia, sin haber tenido nunca dinero, ni haber trabajado un solo día de mi corta vida y con un pobre cuarto grado de bachillerato.

Bueno, pero para que se sepa: Los que arribaron aquí fueron abogados, doctores, ingenieros, senadores, representantes a la cámara, generales, antiguos dueños de ingenios, Cardenales y Obispos, ganaderos, el 99 por ciento de la farándula cubana y el copón bendito. Y, desde luego, no todos eran mirlos blancos y también llegaron algunos pillos y perdularios.

No, ninguno pedía empleo acorde a su relevancia educativa ni artística, ni mencionaban los millones de dólares que habían perdido. Lo mismo se metian a lavar platos que en una factoría de ventanas de aluminio.

Yo no sé si ustedes saben esto pero si le quitan todos y cada uno de sus millones de dólares y propiedades a Bill Gates (para poner un ejemplo entre miles) vuelvan a verlo dentro de dos años y verán que es millonario de nuevo. Y eso fue lo que pasó con los cubanos exiliados.

Y no solamente el mérito era de mis compatriotas sino de sus jefes que enseguida se daban cuenta de la inteligencia y dedicación de sus subordinados cubanos. ¿Si usted fuera norteamericano y presidente de la Pepsi Cola que haría si se enterara que en una de las fábricas de refrescos hay un hombre que fue Magistrado del Tribunal Supremo de un país?

Lo primero que usted haría era sacarlo de “la línea de fuego”, llamarlo a su oficina, y preguntarle en qué puede utilizar sus conocimientos legales a favor de su empresa.

Un chiste de los envidiosos -o de los admiradores, que sé yo- era: “¡Oye, trata bien al janitor cubano porque antes de un año va a ser presidente de este banco”. Y era cierto porque quizás el barrendero había sido dueño del Banco Núñez de La Habana.

Era como poner a Orestes Miñoso a jugar en un parque público con muchachitos de quinto grado de colegio. Sólo tiene un Scout que darle un vistazo para llevárselo para las Grandes Ligas.

Por eso, mis amigos, del Miami que yo vi al llegar al Miami que regresé 10 años más tarde había un mundo de diferencia

Aquellos genios que llegaron con dos mudas de ropa y sin un solo centavo en sus bolsillos eran dueños de negocios, presidentes de empresas, alcaldes, jefes de policías, y ya el año pasado el hijo de un bartender cubano de aquella época por poco llega a Presidente de USA.